sábado, 3 de agosto de 2013

Vórtices mediterráneos.

La realidad, tan tergiversada , con tanto odio hacia mi ser, con tanto rencor.
Me gustaría poder decir que nunca le hice nada, que nunca la desafié, y que fui un buen hombre, y que no le debo cuentas a ningún amanecer. 
Que no le debo lagrimas al sol que se muestra al horizonte, que no baile con la luna , y que el diablo no tiene fotos tuyas en la guantera de su Cadillac. 
Me gustaría mentiros, me gustaría miraros a los ojos sinceramente, pero no puedo.
Y mientras vuelvo a casa e intento mantener el equilibrio en el borde de la acera, como un infante, sigo pensando en su dulce mirada, aquella mirada que me arrebato el alma, que me volvió un escritor, un artista.
Por que amigos, la poesía no nació con el primer te quiero, nació con la primera veta de unos labios, con el primer ser humano llorando detrás de una mascara, con la primera negación de un amor.
Con mis rodillas golpeando la alfombrilla de tu puerta. 

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