sábado, 15 de diciembre de 2012

La culpa es mi musa , y mi musa me culpa por ello.

Había caído tantas veces que creía ver un arte en la equivocación.
¿Y que es lo que hacia a aquella luz tan especial, para aquella estúpida polilla?
Para sus ojos aquel, aquel maldito fulgor era especial.
Una, y otra, y otra vez.
Practicaba la caída libre sin cuerda, sin alas, sin red de seguridad, después de quemarse, es mas, quemarse era su forma de vida.
Pues en el pais de Alicia,las victimas suplican.
Suplican que les vuelvan a arrancar la vida.
Que les hundan el cuchillo de la mantequilla en lo mas hondo del estomago.
La culpa les forma un nudo en la garganta, un nudo agrio, como la hiel, pues convierten en verdugos a quienes intentan devolverles la vida.

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