No, pues llegan a todos.
El problema es la interpretación, el problema son los oídos,
en definitiva , el problema es el egoísmo.
Pues cada uno de nosotros robamos las palabras para utilizarlas
a nuestro favor, desvinculándolas de su verdadero significado,
de su rol, dejando huérfana a la frase que amamantaban.
Y cuando las conciencias despierten, y la revolución estalle en las calles,
todos buscaremos en el armario de nuestro ego, la palabra libertad.
Pero para entonces, ya, pocos sabrán el verdadero significado de esta palabra.
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