Las heridas ejercen su fuerza , como metrónomos al ritmo del dolor.
Tu nombre crea grietas en esta era, tus demonios vienen de nuevo a por mi.
Pero lejos de tener la cara hundida en el barro, y de esperar para ser llevado de vuelta al Tártaro,
no.. esta vez no, esta vez utilizare tu fuego para forjar armas contra ti.
Ya anude la capa alrededor de mi cuello, y ate mis botas, ya empuño esta espada llamada frialdad.
No importa cuantos inocentes caigan, no importa si no encuentro las semillas de la felicidad.
Pues de este yermo lóbrego , yo seré el rey, sin importar qué.
Alguien tendrá que encerrar toda esta oscuridad en su corazón, alguien que pueda convivir con ella.
Nadie dijo que lo que el héroe siempre tenga que portar sea la luz. Nadie.
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